miércoles, 17 de noviembre de 2010

Disfruten de este crucifijo mental del gran Panero hijo.
Mis clases de poesía contemporánea no serían lo mismo sin él.


GO DOWN MOSES.

Qué había ido a buscar allí. Todo estaba en silencio.
Inventó tesoros, trazó mapas y concebió innumerables
proyectos de viajes. Y ahora, nuevamente lo tenía ante 
él, el lago, sin niebla. Los sargazos. Las sirenas. Los
barcos encallados en las rocas. No era un lago, un
inmenso tembladero sombrío. Las Tabla de la Ley.

L.M. Panero.



viernes, 12 de noviembre de 2010

Comenzando.

En mi afanoso intento por salvar la literatura, iré dejando por aquí palabras, textos, poemas, historias... que me conmovieron algún día. No siempre serán famosas, pero siempre será literatura. 
Me gustaría empezar con mi poema favorito. 
Me costó poco memorizarlo y mucho menos comprender que para mí, siempre sería especial.
Así pues, relájense, y ayúdenme a disuadir a la literatura de su inevitable suicidio.


Desnudos

                                                                   (Adioses. Ausencia. Regreso)

Nacía, gris, la luna, y Beethoven lloraba,
bajo la mano blanca, en el piano de ella...
En la estancia sin luz, ella, mientras tocaba,
morena de la luna, era tres veces bella.

Teníamos los dos desangradas las flores
del corazón, y acaso llorábamos sin vernos...
Cada nota encendía una herida de amores...
-El dulce piano intentaba comprendernos.-

Por el balcón abierto a brumas estrelladas,
venía un viento triste de mundos invisibles...
Ella me preguntaba de cosas ignoradas
y yo le respondía de cosas imposibles...

J. R. Jiménez.